jueves, 11 de octubre de 2007
Pez
Poema publicado por Editorial Dunken en la antología titulada La gran apuesta
El me cuenta
su temor a ser
rechazado
por sus escamas
no sabe: de mis ojos
escapaba agua salada
cuando mis labios
daban paseos
por su piel.
No sabe
de mi fábula
hecha realidad
del mito de la sirena
el hipocampo.
Pero, el suelo y la tierra
nos sostienen
y un océano
con destino abismal
nos mantiene lejos.
Mi sed,
mi deseo
de tocar con mi boca
cada escama
quiere apartarlo
de su miedo
haciendo que regrese
en infinitos saltos
y aleteos...
Viviana F. Pelle
La que se mira
Poema publicado por Editorial Dunken en la antología titulada Los rostros de un poema
Ella mira su cara en el
espejo
pensando lo que la otra ella
le dijo a él
y no es ella, no es su cara
ni la que quiere.
Se enoja con ella
ensaya rostros falsos
se inventa
y no es ella, es la otra,
lo que la otra ella no le dijo a él.
Es ella misma con su cara llagada
que no le dijo
o le dijo con su imagen
algo a él.
jueves, 6 de septiembre de 2007
Resuena tu voz desnuda
En el canto de mi memoria
Resuena tu voz desnuda
Tu ser no está aquí ahora
Vaga por esferas negras
Todo tu pasado es hoy
¿Mañana quién serás?
Son tantos los días
Sin la presencia de tu cuerpo
Extraño el hedor de las uvas
cuando empieza la primavera
sin soles verdaderos.
¿En qué lugar quedaron tus sueños?
Llora tu corazón doliente
Sigilosa me acerco a tu temblor naciente
Abrazo tu tristeza, abrigo la lágrima caída
del precipicio que vas creándote de a poco
Me pedís que no te deje ahora
pero a veces me despido
y al día siguiente llueve tu ser.
Y mi pecho de mujer desde sus entrañas
te provoca, te convoca
te abandona y te recibe.
Nuestro amor yace entre sábanas gastadas
de encuentros y despedidas.
Es el corazón el que no puede olvidar.
Viviana F. Pelle
Dos campanas
Cuando al unísono tañen dos campanas
dos corazones se reclaman
intentan ser vistos por el otro
cruzan sus miradas
obedecen a su instinto y a la piel
es así como se aman.
Si un día se alejan, lo hacen al mismo tiempo
y en sentido inverso
se desgasta el sonido de esas campanas
del comienzo
pierden su camino paralelo
y ninguno se lastima.
Pero cuando solo escuchas tu propia campana
y aún así el otro te obedece por soledad, por tedio
Cuando ese otro te abandona en el camino
aprende que has elegido solo tú
y debes saber al fin que es menos doloroso
saber escuchar bien y elegir el camino
del unísono tañer de dos campanas.
dos corazones se reclaman
intentan ser vistos por el otro
cruzan sus miradas
obedecen a su instinto y a la piel
es así como se aman.
Si un día se alejan, lo hacen al mismo tiempo
y en sentido inverso
se desgasta el sonido de esas campanas
del comienzo
pierden su camino paralelo
y ninguno se lastima.
Pero cuando solo escuchas tu propia campana
y aún así el otro te obedece por soledad, por tedio
Cuando ese otro te abandona en el camino
aprende que has elegido solo tú
y debes saber al fin que es menos doloroso
saber escuchar bien y elegir el camino
del unísono tañer de dos campanas.
Viviana F. Pelle
Cuando brinda la musa del amor
La musa del amor
bailaba sobre la nota
de lo imprevisto.
El deseo la acercaba
a labios como llamas
sedientas
buscando en las alturas
la llegada
de dos bocas
que entrelazan sus lenguas
y brindan con los dientes.
La musa
murió después
de alegría
al haber ganado
la mejor de las batallas
el principio del amor.
Viviana F. Pelle
bailaba sobre la nota
de lo imprevisto.
El deseo la acercaba
a labios como llamas
sedientas
buscando en las alturas
la llegada
de dos bocas
que entrelazan sus lenguas
y brindan con los dientes.
La musa
murió después
de alegría
al haber ganado
la mejor de las batallas
el principio del amor.
Viviana F. Pelle
Palabra Paz
Los cantos del piano
El cuerpo que aguarda a un costado
Las letras bailan solas, sueltas
al compás de un cuerpo que late
late, late y no muere,
avanza y queda quieto.
Se amontona en sí mismo
se deshace, dentro.
La lágrima no cae.
Las chispas y la espuma
explotan dentro del cuerpo
que aguarda a un costado
el milagro de un signo,
una campana anunciando
el llamado hacia la vida.
al compás de un cuerpo que late
late, late y no muere,
avanza y queda quieto.
Se amontona en sí mismo
se deshace, dentro.
La lágrima no cae.
Las chispas y la espuma
explotan dentro del cuerpo
que aguarda a un costado
el milagro de un signo,
una campana anunciando
el llamado hacia la vida.
Viviana F. Pelle
Utopías
Vacío
Es el sol
El camino
Hoy
Detrás de la ventana
Dulce tinta
Duele más cuando la tinta del vino
Deja de correr por las venas
Las risas sin sentido endulzan la embriagues
Y cuando despiertas de esa mentira
Ante la ausencia del ser que adoras
La daga te atraviesa lado a lado
El dolor se agiganta
Lo único que queda
Son las palabras, estas letras
Hundirse en ellas
Un respiro un suspiro
Que te salve con tus manos
Las teclas rozando
las yemas de tus dedos
Es casi suficiente
Si sus ojos no están
Acariciando el poema.
Deja de correr por las venas
Las risas sin sentido endulzan la embriagues
Y cuando despiertas de esa mentira
Ante la ausencia del ser que adoras
La daga te atraviesa lado a lado
El dolor se agiganta
Lo único que queda
Son las palabras, estas letras
Hundirse en ellas
Un respiro un suspiro
Que te salve con tus manos
Las teclas rozando
las yemas de tus dedos
Es casi suficiente
Si sus ojos no están
Acariciando el poema.
Viviana F. Pelle
Abandono
Por dolor dejar lo que se amaba
Dejar la queja de la herida
La tristeza no es amor si se transforma en piedra
Abandonar las llagas producidas por los labios
Raspa el sonido la lengua
baila viajes sin destino
País de espectros posados en los muebles
De las casas habitadas por el hielo del aire
Naufraga sin manos, no besa
No acaricia caricias invisibles
Calor afuera en el paisaje del sol
deja su sombra sin recorrer
la queja ausente
acumula lo que pesa
maleta en la espalda
se despide, no se va
Carga lenta, espesa
la tristeza de un adiós mudo
sin descifrar,
se aleja sigilosa
estalla la garganta
muriendo en el pecho que late, late
parte
y se disgrega.
Dejar la queja de la herida
La tristeza no es amor si se transforma en piedra
Abandonar las llagas producidas por los labios
Raspa el sonido la lengua
baila viajes sin destino
País de espectros posados en los muebles
De las casas habitadas por el hielo del aire
Naufraga sin manos, no besa
No acaricia caricias invisibles
Calor afuera en el paisaje del sol
deja su sombra sin recorrer
la queja ausente
acumula lo que pesa
maleta en la espalda
se despide, no se va
Carga lenta, espesa
la tristeza de un adiós mudo
sin descifrar,
se aleja sigilosa
estalla la garganta
muriendo en el pecho que late, late
parte
y se disgrega.
Viviana F. Pelle
Miradas entre nubes
La constante mirada de tus ojos
mirando mi mirada que mira
el tranquilo río de tu mirar
en el que vuelan gaviotas
atravesando mi nube nublada mirada
asombrada de ese mirar
que lleva la calma en movimiento
hasta mi mirar y provoca
torbellinos en mis olas de mar inquieto
olas que se cobijan en ese mirar
tan cercano tan lejano
el río ha de venir a mi mar
o mi mar llegará a tu río.
mirando mi mirada que mira
el tranquilo río de tu mirar
en el que vuelan gaviotas
atravesando mi nube nublada mirada
asombrada de ese mirar
que lleva la calma en movimiento
hasta mi mirar y provoca
torbellinos en mis olas de mar inquieto
olas que se cobijan en ese mirar
tan cercano tan lejano
el río ha de venir a mi mar
o mi mar llegará a tu río.
Viviana F. Pelle
Donde se pierden los sueños
Crujen los huesos
detrás de la nuca poblada
de antaños dedos
Carraspean el cabello
Nace escondido oscuro
Crujen vértebras
se acomodan en cuadrado
de cuadro columna
hasta el fémur
que duele al costado
Rodilla que rueda
al compás pases
perdidos detrás del espejo
Crujen huesos
crujen trémulos
Cruje el dolor
en el lugar
donde se pierden los sueños
detrás de la nuca poblada
de antaños dedos
Carraspean el cabello
Nace escondido oscuro
Crujen vértebras
se acomodan en cuadrado
de cuadro columna
hasta el fémur
que duele al costado
Rodilla que rueda
al compás pases
perdidos detrás del espejo
Crujen huesos
crujen trémulos
Cruje el dolor
en el lugar
donde se pierden los sueños
Viviana F. Pelle
Falso olvido
Al deshacer tu corazón
Mi corazón se hizo frío
Mas frío que la nieve
Congela la garganta
El cuerpo todo
Por debajo ese corazón ya no existe
Decidió decirte adiós
Y yo me despedí de mí misma
Corazón helado vaga sin cuerpo
Pleno de espinas
No sangra, no late
Respira el aire falso del olvido
Olvido que no sabe olvidar.
Si pudieses sostener en tu mano
A este corazón que me persigue yaciente
Si lo guardases dentro del tuyo
Se hamacarían juntos
En una danza sin final
Encendida en mil matices
Los colores del vivir.
Mi corazón se hizo frío
Mas frío que la nieve
Congela la garganta
El cuerpo todo
Por debajo ese corazón ya no existe
Decidió decirte adiós
Y yo me despedí de mí misma
Corazón helado vaga sin cuerpo
Pleno de espinas
No sangra, no late
Respira el aire falso del olvido
Olvido que no sabe olvidar.
Si pudieses sostener en tu mano
A este corazón que me persigue yaciente
Si lo guardases dentro del tuyo
Se hamacarían juntos
En una danza sin final
Encendida en mil matices
Los colores del vivir.
Viviana F. Pelle
Prisionero
Atado a tu prisión de amaneceres
Tu pena va cantando lentamente
La copa del vaso de las uvas
Cae un capullo de rosa a tu costado
El dolor se deshace y se rehace
Va creando ráfagas de viento
Murmuran falsas utopías
Ayer de vidas sin vida
Renaces en ausencias
Prisionero: el hoy no te toma de la mano
No te lleva a pasear por primaveras
Y no observa los soles del amanecer
Sedientos del día por venir
Tu sed es la vid de tu memoria
Abandonada soy de tu lado abandonado
Me voy deshojando de a poco
Una a una las capas de mi piel
Del enredo de tu sábanas
Y aún no puedo decirte adiós.
Tu pena va cantando lentamente
La copa del vaso de las uvas
Cae un capullo de rosa a tu costado
El dolor se deshace y se rehace
Va creando ráfagas de viento
Murmuran falsas utopías
Ayer de vidas sin vida
Renaces en ausencias
Prisionero: el hoy no te toma de la mano
No te lleva a pasear por primaveras
Y no observa los soles del amanecer
Sedientos del día por venir
Tu sed es la vid de tu memoria
Abandonada soy de tu lado abandonado
Me voy deshojando de a poco
Una a una las capas de mi piel
Del enredo de tu sábanas
Y aún no puedo decirte adiós.
Viviana F. Pelle
viernes, 31 de agosto de 2007
Eterna libertad
El amor toca a mi puerta
¡Ay de la pena de amor
que roe el alma!
¿Puede la vela apagar
un corazón doliente?
¿Puede su llama quemar
tanto dolor?
¡Ay del amor perdido
que no se halla!
¿Puede un ángel encendernos
con su varita mágica?
El amor ya está tocando
a mi puerta, las campanas llaman.
El corazón tintinea
latiendo de nuevo
en mis entrañas.
que roe el alma!
¿Puede la vela apagar
un corazón doliente?
¿Puede su llama quemar
tanto dolor?
¡Ay del amor perdido
que no se halla!
¿Puede un ángel encendernos
con su varita mágica?
El amor ya está tocando
a mi puerta, las campanas llaman.
El corazón tintinea
latiendo de nuevo
en mis entrañas.
Viviana F. Pelle
Cuerpos
Amarnos libres con el cuerpo
El alma abandonada en un rincón
por momentos asoma y llama
al abrazo fuerte repentino
entre las sábanas.
No quiero pensar ni imaginar
Ya no quiero pensar tanto
Toda alma o sin alma
Pensar tanto quita el alma
Quiero pensar así, tan así
como si dijera que no pasé la noche anoche
entre tus sábanas.
Quiero ser libre así, con el cuerpo así, libre
Vos sin alma, yo sin alma
para que duela nada
El alma abandonada en un rincón
por momentos asoma y llama
al abrazo fuerte repentino
entre las sábanas.
No quiero pensar ni imaginar
Ya no quiero pensar tanto
Toda alma o sin alma
Pensar tanto quita el alma
Quiero pensar así, tan así
como si dijera que no pasé la noche anoche
entre tus sábanas.
Quiero ser libre así, con el cuerpo así, libre
Vos sin alma, yo sin alma
para que duela nada
Viviana F. Pelle
martes, 28 de agosto de 2007
Si el cielo llora
La constante mirada de tus ojos
mirando mi mirada que mira
el tranquilo río de tu mirar
en el que vuelan gaviotas
atravesando mi nube nublada mirada
asombrada de ese mirar
que lleva la calma en movimiento
hasta mi mirar y provoca
torbellinos en mis olas de mar inquieto,
olas que se cobijan en ese mirar
tan cercano tan lejano
el río ha de venir a mi mar
o mi mar llegará a tu río.
mirando mi mirada que mira
el tranquilo río de tu mirar
en el que vuelan gaviotas
atravesando mi nube nublada mirada
asombrada de ese mirar
que lleva la calma en movimiento
hasta mi mirar y provoca
torbellinos en mis olas de mar inquieto,
olas que se cobijan en ese mirar
tan cercano tan lejano
el río ha de venir a mi mar
o mi mar llegará a tu río.
Viviana F. Pelle
Ilusión de ángel
Si mañana la lluvia no acude a mi silencio,
no me deja sola
he de concurrir al lugar dónde nunca llueve, dónde aún habita la esperanza
Mis oídos a escuchar melodías detenidas
Mis ojos fijos en los dibujos que dibuja el porvenir
Si algún ser advierte mi presencia, roza mi hombro.
me invita a compartir el instante mágico en dónde los prismas de colores se ven,
no solamente en calidoscopios
y el aire fresco circula en el aliento de la palabra intacta
que son dichas tan sólo por los Dioses
que ahora se aproximan a mis ojos, bajan la vista secando mis lágrimas,
me toman de las manos y llegan a besar mi alma triste que deja de ser triste
en el instante en dónde el aire existe cierto
y el corazón se sana
Si mañana no llueve ni siquiera sangre, he de cumplir la utópica ilusión
de los ángeles que esperan a un costado y en silencio.
Viviana F. Pelle
Hay almas que deambulan
“Un suspiro en la hierba”
(Olga Orozco)
El aire trae nuevas brisas
sobre el verde abandonado
musgo oscuro polen
rasga la tierra escondida
en el fondo de árboles huecos
sedientos del sol
que cae sobre la hierba.
El día se asemeja a la noche
cuando la oscuridad del alma
ahoga los sentidos
enmudece la voz
duele el canto de los pájaros
que abandonan la tarde.
Hay almas que deambulan
detrás de los espejos.
Viviana F. Pelle
La caricia del ángel
Entonces sentí
a mi ángel de la guarda
tocando mi cabeza
y supe que no estaba sola,
las cosquillas de sus alas
jugaban con mi cabello.
Presente paz
silencio intacto
transparencia pura
protegiéndome
de las heridas
evitando
la fatalidad.
Me acunaba su silencio,
la belleza que traía
desde aquél lugar secreto
que sólo es conocida
por algún alma
que por descuido
ha trepado al cielo
y que yo, apenas,
solo pude sospechar.
Viviana F. Pelle
Angel marino
Azul
Su voz en el teléfono
se tornaba
azul...
Fui hasta la orilla
y no pude distinguir
entre el cielo, el mar
y esos ojos...
Ahora al regresar,
ese color es lejano,
pero hasta el río,
a veces,
me parece que se vuelve
azul...
Podrán decir
que es un invento,
pero de algún modo
fue cierto
y nada menos que
azul...
Viviana F. Pelle
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